Noticiascuriosas.com/Madrid. – Al final va a ser verdad eso que dicen “el sabor cambia dependiendo de donde te lo tomes”. Y es que investigadores han descubierto de manera científica el por qué sucede eso, concretamente con el café.
Una bebida tan apreciada y valorada a nivel mundial como el café que, como sus siglas, se tiene que beber Caliente, Amargo Fuerte y Espeso vuelve a estar boca de algunos. Se ha sabido recientemente y gracias a un estudio en China, Colombia y Reino Unido que el recipiente, que suele ser una taza, en el que se bebe influye en el sabor final de esta bebida centenaria.
El citado estudio, dirigido por el doctor Andy Woods de la Universidad de Oxford, concluye que el café que se bebe en tazas con un diámetro más ancho de lo normal da un sabor más dulce. Por el contrario, si el café se bebe en una taza más pequeña el sabor sería más amargo.
En el estudio, realizado con la ayuda de centenares de voluntario, se pidió que estos clasificaran las tazas según diferentes órdenes como el olor, el amargor, la intensidad y el dulce. Del mismo modo, se les solicitó a los voluntarios que dieran su opinión sobre la temperatura de la bebida, y si ésta era energizante y agradable, además del precio que podían pagar por ellas.
La explicación que dan en este sentido los investigadores sobre el sabor del café es el siguiente: “la gente espera que la proporción de café respecto a la leche en las tazas más pequeñas sea mayor de lo que esperaban respecto a la relación que puede existir entre esas dos bebidas en las tazas más larga. Por lo tanto esperan que en las pequeñas tazas el café esté más amargo”.
Por todo esto, el estudio concluyó que “la forma de la taza influyó en las expectativas que la gente tenía del gusto y de las cualidades del café que les servirían en las tazas”.
También aseguraron los científicos que el tamaño de la taza o el recipiente influía y mucho en el precio que los voluntarios y futuros clientes estaban dispuesto a pagar por el café.
Esto demuestra de nuevo el poder de la mente y lo que a veces nos engañan los sentidos.
